Edificio
El acceso peatonal por la calle Isla de Zanzíbar atraviesa el jardín protegido por una marquesina vegetal y desembarca en un portal de madera. Con esta organización se dota de gran privacidad a las viviendas que se convierten en pequeñas casas unifamiliares con jardín.
El jardín comunitario está equipado con una garita-portería translúcida que ilumina la entrada y el jardín por la noche, una zona ajardinada ideal para juegos de niños y una gran piscina comunitaria cerrada por seguridad mediante una ligera barandilla metálica. En la planta de garaje se ubican las dos plazas de aparcamiento de cada vivienda, los trasteros ventilados, el cuarto de bicicletas, la zona destinada al grueso de instalaciones del edificio y la depuradora de la piscina, todo ello accesible con gran comodidad.
La rotunda volumetría del edificio muestra una elegante personalidad que busca una imagen de conjunto cohesionado. Sus fachadas de aluminio, terrazas de madera, grandes ventanales y elementos vegetales construyen una singularidad discreta, desenfadada y acogedora.